La deshidratación en personas mayores es un problema grave que puede tener consecuencias serias para la salud de los ancianos. A medida que envejecemos, nuestro cuerpo tiende a perder la sensación de sed, lo que dificulta mantenerse hidratados adecuadamente.
Los adultos mayores son especialmente vulnerables a la deshidratación debido a factores como la disminución de la sensación de sed y ciertas enfermedades crónicas que aumentan el riesgo.
Importancia de la hidratación en personas mayores
La hidratación en personas mayores es fundamental para mantener un buen estado de salud y prevenir complicaciones relacionadas con la falta de líquidos en el organismo.
Los adultos mayores son más propensos a sufrir deshidratación debido a diversos factores, por lo que es crucial concienciar sobre la importancia de mantener una adecuada ingesta de líquidos.
Factores de riesgo de deshidratación en la tercera edad
- Disminución de la sensación de sed.
- Enfermedades crónicas como la diabetes o insuficiencia renal.
- Polifarmacia, uso de múltiples medicamentos.
Consecuencias negativas de la deshidratación en ancianos
La falta de hidratación adecuada en personas mayores puede acarrear serias consecuencias para la salud, como problemas cognitivos, debilidad muscular, complicaciones renales y cardíacas, entre otros. Es vital prevenir la deshidratación para evitar complicaciones que afecten la calidad de vida de los ancianos.
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Síntomas y causas de la deshidratación en personas mayores
La deshidratación en personas mayores puede manifestarse a través de diversos signos y síntomas que es importante conocer para identificar y tratar de forma temprana este problema en la tercera edad.
Signos de deshidratación en ancianos
- Sequedad bucal
- Disminución en la frecuencia urinaria
- Fatiga
- Mareos
- Confusión
- Piel seca
Causas subyacentes de la falta de hidratación en la vejez
Las causas de la deshidratación en personas mayores pueden estar relacionadas con diversos factores, tales como:
- Disminución de la sensación de sed
- Cambios en la función renal
- Consumo de ciertos medicamentos
Enfermedades crónicas y otros factores de deshidratación
Además de los factores mencionados, existen otras enfermedades crónicas y situaciones que pueden contribuir a la deshidratación en la vejez, incluyendo:
- Diabetes
- Insuficiencia renal
- Polifarmacia
¿Por qué hay más riesgo de sufrir deshidratación en la vejez?
Hay algunos factores asociados a la edad que llevan a que haya mayor riesgo de deshidratación en adultos mayores que en el resto. Al envejecer se producen una serie de cambios fisiológicos que favorecen la pérdida del equilibrio hídrico.
Las principales razones por las que hay mayor riesgo de deshidratación en adultos mayores son las siguientes:
- Agua corporal: al envejecer hay menos contenido total de agua en el cuerpo. Se estima que a los 80 años hay entre 4 y 6 litros internos menos que a los 20.
- Menor sensación de sed: las personas mayores suelen tener menor sensación de sed que las más jóvenes. Esto lleva a que no beban suficientes líquidos.
- Deterioro de la función renal: con la edad se reduce la capacidad de los riñones para conservar el agua. Así mismo, estos órganos responden cada vez menos a la hormona antidiurética.
- Enfermedades: algunas patologías hacen que se pierdan más líquidos.
- Limitaciones de la edad: a veces el adulto mayor no tiene fácil acceso a los líquidos o no es consciente de su importancia.
- Medicamentos: las personas mayores suelen tomar medicamentos y es posible que algunos de ellos tengan efectos diuréticos.
Grados de deshidratación en personas mayores
La deshidratación en las personas mayores es un problema serio que puede tener consecuencias graves. Es importante comprender los diferentes grados de deshidratación para poder identificar y tratar este problema de manera efectiva.
Grados de deshidratación:
Leve (pérdida de agua del 1-5% del peso corporal):
Síntomas: boca y labios secos, sed intensa, fatiga, dolor de cabeza, orina oscura y escasa.
Reversión: generalmente se puede revertir con la ingesta adecuada de líquidos.
Moderada (pérdida de agua del 6-8% del peso corporal):
Síntomas: mareos, confusión, taquicardia, estreñimiento, calambres musculares, piel fría y húmeda.
Tratamiento: puede requerir la administración de líquidos por vía intravenosa.
Grave (pérdida de agua del 9-11% del peso corporal):
Síntomas: delirio, convulsiones, coma, shock, hipotensión, fallo renal.
Tratamiento: atención médica urgente y reposición de líquidos intravenosa.
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Medidas preventivas para evitar la deshidratación en adultos mayores
Importancia de la ingesta de líquidos y dieta equilibrada
Es fundamental que las personas mayores mantengan una adecuada ingesta de líquidos a lo largo del día, preferiblemente agua y otras bebidas saludables. Además, una dieta equilibrada rica en frutas y verduras con alto contenido de agua puede contribuir significativamente a mantener una buena hidratación.
Prevención de la deshidratación en ancianos: consejos y recomendaciones
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Mantenerse hidratado incluso si no se siente sed
Debido a la pérdida de sensación de sed que experimentan las personas mayores, es conveniente que los cuidadores ofrezcan líquidos durante el día y además se aseguren de que los toman. Se recomienda que la mayoría de esos líquidos sean agua.
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Evitar el consumo excesivo de bebidas alcohólicas o con cafeína.
El alcohol aumenta la necesidad de ir a orinar, y con ello la pérdida de líquidos y sales minerales, es por ello, que debemos evitar el consumo de alcohol y mantener unos hábitos de vida saludables.
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Vigilar la temperatura ambiental y evitar la exposición al calor intenso.
El uso de ventanas abiertas para favorecer una correcta ventilación o los sistemas de refrigeración como el aire acondicionado, son fundamentales para contar con una temperatura adecuada de la sala donde se encuentren las personas mayores. Si se cuenta con aire acondicionado, la temperatura ideal estaría entre los 22 y los 24 grados.
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Consultar con un profesional de la salud sobre la cantidad de líquidos recomendada.
Las revisiones médicas en las personas mayores y los cuidados profesionales, son fundamentales para la prevención de deshidratación de nuestros adultos mayores.
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Llevar una dieta sana y liviana.
Una alimentación rica en frutas y verduras que contengan una cantidad grande de agua, siempre será aconsejable para evitar la deshidratación en ancianos. Frutas como la sandía y melón serían una excelente elección.
Debemos evitar en los días calurosos las comidas copiosas y abundantes, además de tomar líquidos durante las comidas para facilitar la ingesta de los alimentos.
Acciones a tomar para prevenir la deshidratación en la tercera edad
Además de la ingesta adecuada de líquidos y una dieta balanceada, existen otras acciones que pueden ayudar a prevenir la deshidratación en personas mayores. Algunas de estas acciones incluyen:
- Realizar seguimiento regular de la hidratación, especialmente en días calurosos
- Recordar a los ancianos la importancia de beber líquidos a lo largo del día
- Brindar opciones de bebidas atractivas y diversas para incentivar la ingesta de líquidos
- Educación sobre los signos y síntomas de la deshidratación para actuar de forma rápida ante cualquier indicio
Todos estos consejos, pueden resultar sencillos, pero un incorrecto seguimiento de ellos especialmente en nuestros mayores, puede acarrear serios problemas.
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