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La soledad no deseada en las personas mayores

La soledad no deseada y el sentimiento de vacío existencial es un problema real y alarmante en toda la población, que poco a poco se va convirtiendo en una epidemia y que se trata de disfrazar para convertirlo en un tema “tabú” y ajeno a nosotros, cuando paradójicamente es la concienciación de dichos valores los que enriquecen una sociedad motivada, resiliente y empática.

Las causas de la creciente soledad no deseada, vienen derivadas principalmente del aumento de hogares unipersonales y nuevos tipos de familias, el descenso de la natalidad, el paro y la precariedad en el empleo, la desnaturalización en el trabajo como fuente de encuentros, la frenética vida en las grandes ciudades y la tendencia a relaciones personales menos duraderas,  factores que pueden llegar a intervenir en el aumento imparable de la soledad, siendo el grupo de mayor prevalencia el de los mayores que en muchos casos, viven y mueren solos en el final de sus días.

En España se estima que más de 2,5 millones de ancianos se sienten solos, constituyendo casi el 40% de los mayores de 65 años.

Existen diversas razones por las cuales las personas mayores pueden ser vulnerables a la soledad:

  1. Pérdida de amigos y seres queridos: A medida que envejecemos, es posible que perdamos amigos y familiares, lo que puede dejar a las personas mayores sintiéndose solas y aisladas.
  2. Jubilación: La jubilación puede ser una transición difícil para algunas personas mayores. Pueden sentirse perdidos sin una rutina diaria y pueden tener dificultades para encontrar nuevas formas de llenar su tiempo.
  3. Dificultades para desplazarse: A medida que envejecemos, es posible que tengamos más dificultades para desplazarnos, lo que puede limitar la capacidad de las personas mayores para socializar y mantenerse en contacto con amigos y familiares.
  4. Cambios en la salud: Las personas mayores también pueden experimentar cambios en su salud que les impiden participar en actividades sociales y comunitarias. Esto puede llevar a la soledad y al aislamiento social.
  5. Cambios en la vida: Las personas mayores también pueden experimentar cambios en su vida, como la mudanza a un nuevo lugar o la pérdida de un cónyuge. Estos cambios pueden hacer que se sientan solos y aislados.

Es importante señalar que la soledad en las personas mayores no siempre es inevitable. Pueden tomar medidas para mantenerse socialmente activos, como unirse a clubes o grupos de interés, participar en actividades comunitarias o de voluntariado, o simplemente mantenerse en contacto con amigos y familiares a través de llamadas telefónicas o videoconferencias.

La soledad en personas mayores puede tener efectos negativos en su bienestar emocional y físico. A continuación, se detallan algunos de los impactos de la soledad en los ancianos:

  1. Depresión: La soledad crónica puede aumentar el riesgo de depresión en los ancianos. La depresión puede afectar su capacidad para disfrutar de la vida, su energía y su salud mental y física.
  2. Ansiedad: La soledad también puede aumentar la ansiedad en los ancianos, especialmente si experimentan miedo o preocupación por su seguridad y bienestar.
  3. Aislamiento social: La soledad puede llevar a un aislamiento social, lo que puede empeorar la salud mental y física. Las personas mayores que se sienten aisladas pueden tener más dificultades para encontrar ayuda en caso de emergencia o para mantenerse en contacto con amigos y familiares.
  4. Problemas de salud física: La soledad en los ancianos también puede tener un impacto negativo en su salud física. Se ha demostrado que la soledad crónica se asocia con un mayor riesgo de enfermedades crónicas, como la enfermedad cardíaca y la diabetes.
  5. Mortalidad: La soledad también puede estar asociada con un mayor riesgo de mortalidad en personas mayores.

Es importante que las personas mayores no se sientan solas y se involucren en actividades sociales y comunitarias. Además, las familias y los cuidadores pueden ayudar a los ancianos a reducir la soledad y el aislamiento social, por ejemplo, visitándolos regularmente o facilitando su participación en actividades que les gusten.

Existen varias formas de evitar la soledad en las personas mayores. A continuación, se detallan algunas sugerencias:

La soledad no deseada en las personas mayores

 

Participar en actividades sociales: Las personas mayores pueden participar en actividades sociales que les interesen, como clubes de lectura, grupos de caminatas, grupos de voluntariado o clases de arte o música. Estas actividades les permiten conocer a otras personas y mantenerse activos.

Mantener contacto con amigos y familiares: Es importante que las personas mayores mantengan el contacto con amigos y familiares, ya sea por teléfono, correo electrónico, mensajes de texto o videoconferencia. Las visitas

Cuidar una mascota: Tener una mascota puede proporcionar compañía y responsabilidad, y es una excelente manera de reducir la soledad en las personas mayores.

Aprender nuevas habilidades: Las personas mayores pueden aprender nuevas habilidades, como cocinar, hacer jardinería o practicar un nuevo        deporte. Esto no solo les brinda una actividad gratificante, sino que también les da la oportunidad de conocer a otras personas interesadas en lo              mismo.

Buscar ayuda profesional: Si las personas mayores tienen problemas para superar la soledad, pueden considerar

En resumen, evitar la soledad en las personas mayores implica mantenerse socialmente activos, establecer y mantener relaciones con amigos y familiares, cuidar una mascota, aprender nuevas habilidades y buscar ayuda profesional si es necesario.

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